Foto tomada el 20/11/2009. |
Hay muchas formas de amar, pero te diré
una cosa. Yo quiero que cuando ame a alguien de verdad no me queden
dudas. Porque habrá mil y una señales: Su pelo olerá bien, igual
que su piel. Es más, sólo querré respirar ese aroma. Buscaré como
una estúpida su atención, sea poniéndome la ropa que algún día
haya insinuado que le gustaba cómo me sentaba, o simplemente
pidiéndole su opinión a cualquier decisión, por nimia que sea, que
tenga que tomar en mi simple existencia. Necesitaré el suave sonido
de su respiración y los casi imperceptibles latidos de su gran
corazón contra mí para poder conciliar el sueño. Le miraré a los
ojos y me quedaré embobada mirándolos, sumergiéndome en su
profundidad. Sonreiré como una boba a cada palabra que me dedique, y
probablemente, su voz despierte en mí ganas de escucharle hablar
durante horas en un soliloquio. La sola visión de su rostro me dará
instintos protectores y de adoración, querré hacer cualquier cosa
con tal de hacer su existencia más cómoda, aunque sea sólo un poco
más.
Y, sobretodo, no podré imaginarme la
vida sin él. Y no podré estar sin él a mi lado ni un solo segundo,
pues ese tiempo en que esté lejos, se me comerá el alma como sólo
el tiempo es capaz de devorar las cosas etéreas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario